La 'S' de los ESG: el desafío de integrar el compromiso social en las estrategias empresariales
La relevancia de la dimensión social en las estrategias ESG (Environmental, Social, Governance) sigue siendo un desafío en el sector empresarial, donde aspectos como el impacto medioambiental han avanzado notablemente en los últimos años. Sin embargo, se vuelve cada vez más urgente y estratégico integrar el compromiso social en el núcleo de las decisiones empresariales. Esade y la Fundación SERES han organizado la sesión ‘La S, la gran olvidada de los ESG’, en la que representantes de Aena, PwC y Redeia han compartido sus experiencias y enfoques sobre cómo las empresas pueden ser motores del cambio social. En el acto, dentro del ‘Ciclo Esade-Fundación SERES’, se abordaron cuestiones como los desafíos y retos de esta implementación, destacando la importancia de identificar la creación de valor social como un pilar de la sostenibilidad corporativa y fue presentada por Ignasi Carreras, profesor y director de los Programas de formación directiva para ONG del Instituto de Innovación Social de Esade, y Ana Sainz, directora general de la Fundación SERES.
Gestión responsable de personas
Ignasi Carreras abrió la sesión reflexionando sobre el enfoque prioritario que se ha dado en el sector a los aspectos medioambientales, debido en parte a “la regulación, la conciencia social y la economía circular”, y resaltó la importancia de abordar también los aspectos sociales: “La ‘S’ es muy importante, porque hablamos de gestión responsable de personas, de formación, de desarrollo, de políticas de diversidad, de inclusión, de equidad salarial, seguridad, salud, y de todo lo que pueda representar el impacto relacionado con la incorporación de la IA, que está acelerando las desigualdades. También hablamos de la cadena de valor y los derechos humanos, la responsabilidad del producto, de las desigualdades, de la lucha contra la corrupción”.
Por su parte, Ana Sainz, enfatizó la necesidad de hacer tangible el retorno social de las empresas: “Lo social, como una de las dimensiones directivas más exigentes y también dentro de una empresa, cuenta con una barrera importante: hacer tangible su retorno. Las empresas y sus líderes tienen que ser capaces de medir su impacto en los empleados, los clientes, los proveedores y las comunidades en las que operan para poder respaldar la relevancia de lo social. Precisamente para eso hemos creado el Mapa SERES de Huella Social®, un modelo único para medir el impacto social de la actividad económica de las empresas que permite poner en valor y sumar al rendimiento económico, el impacto social positivo que generan las empresas en la sociedad".
Un compromiso social desde diferentes sectores empresariales
En su intervención, Juan Ávila, director del Departamento de Innovación Social de Redeia destacó la importancia de considerar las necesidades sociales de los territorios en los que las empresas están presentes: “En Redeia creemos que tan importante es cuidar el medioambiente como a las personas que habitan los territorios en los que estamos presentes. Por eso, a través de nuestra Estrategia de Impacto Integral atendemos a cuatro brechas sociales que afectan especialmente a las comunidades del medio rural: desigualdad digital, territorial, generacional y de género. Cubrimos estas líneas maestras del enfoque social de nuestro compromiso ESG con iniciativas de innovación social y en alianza con entidades sociales, administraciones y otras empresas comprometidas con la sociedad”.
Por su parte, Ricardo Campo, Sostenibilidad Social y Reporte ESG de Aena subrayó el compromiso de su empresa con el valor social en las comunidades en las que operan: “En Aena, a través de nuestra Estrategia de Sostenibilidad, adaptamos nuestras acciones de sostenibilidad social para crear valor en las comunidades donde operamos y responder a las demandas socioeconómicas actuales. Nos centramos en el apoyo a colectivos vulnerables, la accesibilidad, la educación y la investigación, y el respeto a los derechos humanos, fomentando el desarrollo local y colaborando con entidades para maximizar nuestro impacto positivo.”
Finalmente, Marta Colomina, managing director de Marketing, Sostenibilidad y Fundación de PwC, coincidió con Ignasi Carreras en afirmar que “la S es la gran olvidada, el medio ambiente se ha comido su importancia” en parte debido a la falta de claridad en cuanto a los elementos que integra. Aunque señaló que la pandemia de la COVID-19 fue un punto de inflexión, en el cual las empresas tomaron conciencia de la importancia de “cuidar a sus empleados y clientes y afianzar la relación con los proveedores” y concluyó que “la relevancia de los aspectos sociales no solo en la sostenibilidad de las empresas sino en el desarrollo de nuestra sociedad es indudable. La clave está en que cada empresa identifique e impulse los ámbitos donde pueda tener más impacto”.