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Una Ucrania desdibujada

ABC | | 2 minutos de lectura

La reciente cumbre de la OTAN ha calificado la adhesión de Ucrania como «irreversible» y ha aprobado nuevas ayudas para frenar al invasor ruso. Pero la sensación desde Kiev es que su causa se desdibuja en Occidente y las opiniones públicas no siguen las noticias de una guerra demasiado larga. 

Los asistentes a la cumbre de Washington han sido muy conscientes además de que la perspectiva de un segundo mandato de Donald Trump convierte en provisional cualquier nueva estrategia de apoyo al país agredido. Si el magnate neoyorkino gana las elecciones de noviembre, con la ayuda inestimable de un Joe Biden que se enroca, Ucrania perdería la esperanza de convertirse en el trigésimo tercero miembro de la OTAN. Diría adiós a su legítimo intento de lograr el amparo de la cláusula de defensa mutua del artículo 5 del Tratado de Washington. Vería como Vladímir Putin y Donald Trump deciden por ellos la partición del país y su futura política de seguridad y defensa. Trump también se dispondría a debilitar la solidaridad atlántica y dividir todavía más a los europeos, quitando recursos a la OTAN y creando dos niveles de miembros, los que invierten de modo suficiente en defensa y los que no, fuera de la protección de la Alianza. Una Unión Europea sin capacidades propias en el ámbito de la seguridad y la defensa no tendría margen, liderazgo y cohesión para reaccionar con rapidez. 

Desde Kiev este análisis no lleva al derrotismo, pero añade pesadumbre a la fatiga que arrastra la sociedad ucraniana por el esfuerzo descomunal de la guerra. No hay perspectiva de victoria militar ni de negociaciones de paz. El apoyo al presidente Zelenski sigue siendo mayoritario, gracias a una reacción patriótica extendida. La desconfianza hacia los aliados, en especial Estados Unidos, ha crecido, en buena medida por los meses de bloqueo en el Congreso de la ayuda a Ucrania, que ha costado miles de vidas en el frente. Unos miles de votos en Michigan o Wisconsin decidirán en noviembre el futuro de la seguridad europea y el destino de millones de ucranianos que aspiran a vivir en libertad.