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COP29 (Bakú): un final agridulce

La Vanguardia - Dinero | | 3 minutos de lectura

En principio, y a diferencia de la cumbre de Dubái (la cOP28), pareció que el mundo había encontrado una manera plausible de mantener el Tratado de París y no superar los 1,5 grados centígrados de temperatura. Pero muy pronto los grupos se dividieron en dos grandes bloques. Los países pobres, que reclamaban importantes compensaciones por haber tenido que soportar el empeoramiento del clima por la fuerte industrialización de los países ricos, y en el otro extremo, los países ricos que rechazaban las demandas de financiación que pedían los países más pobres. Difícil coyuntura.

El ambiente también fue poco propicio, porque situar la convención en un país gran productor de petróleo y gas fue lo menos oportuno (un dirigente del país anfitrión dijo que el gas y el petróleo son los regalos del cielo).

La transformación de la economía global necesita alcanzar la situación de cero emisiones netas de carbono en el 2050. en estos momentos fueron muchos los que recordaron lo que dijo el presidente Donald Trump en su primer mandato durante la negociación del Tratado de París en el año 2015: “Las medidas que quieren aplicar son perjudiciales y demasiado caras para los americanos. Nosotros las rechazamos”.

Después de largas negociaciones, la cOP29 alcanzó un acuerdo sobre financiación climática que parecía haber conseguido un resultado que celebraron todos los participantes. el acuerdo de bakú se alcanzó in extremis. el bloque de los países más pobres pretendían alcanzar cerca de 2 millones de dólares. el acuerdo final lo redujo a 1,3 millones de dólares, pero no los cobrarían en los años siguientes al 2035. eso queda muy lejos de los fondos que necesitan los países más pobres para mantener la posibilidad de limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados, con preferencia conseguir el objetivo de 1,5 grados centígrados.

Durante la COP28 (en Dubái), los países nórdicos liderados por Alemania firmaron un contrato de suministros de gas de 50.000 millones de dólares a lago plazo (entonces cubría un tercio de la demanda de los contratantes). Se trataría de suministrar 129 millones de metros cúbicos hasta el año 2039 y bajo un precio de mercado.

Las energías renovables no llegarán a tiempo para reemplazar la demanda de los combustibles fósiles. Para concluir, el hidrógeno verde es crucial para descarbonizar las industrias pesadas como el acero, pero no se produce todavía en volúmenes suficientes.

La tragedia de Valencia, con una dana terrible, nos advierte de los efectos del cambio climático.