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Tulio Rosembuj: inquietud intelectual y compromiso con la justicia

El Periódico | | 5 minutos de lectura

Tulio Rosembuj Erujimovich nos dejó el miércoles 4 de septiembre, una mañana lluviosa que contrastaba con la brillantez de su personalidad. Profesor de derecho financiero y tributario, quienes tuvimos la suerte de ser alumnos suyos podemos decir que no pasaba desapercibido. Sus conocimientos enciclopédicos, con citas literales precisas y apropiadas, un acento argentino modulado por los años a este lado del Atlántico, capaz de identificar, rápidamente, el elemento clave de cualquier problema, de formular preguntas que ayudaran a hacerlo a quienes no íbamos tan veloces, su accesibilidad y un notable sentido del humor, lo hacían un profesor ameno que siempre tenía cola para hablar con él después de clase.

Tras su primer doctorado en Madrid, durante el que conoció a la que fue su esposa, Celia, originaria de Santander, marcharon a Italia, donde cursó un segundo doctorado y nacieron dos de sus tres hijos. Allí entabló amistad con Franco Gallo, gran tributarista italiano con quien colaboraron a lo largo de los años.

Sus apellidos, como él recordaba, no permitían ocultar su ascendencia. Sus padres, Bernardo y María, eran de familias judías, de Silesia y de Odessa respectivamente, que la intransigencia forzó a emigrar a Argentina a principios del siglo XX. Allí nació, el 2 de octubre de 1944, en Bernasconi, La Pampa.

Abogado, profesor universitario, miembro del partido peronista, dirigió la revista 'Las Bases', el órgano de las Juventudes Peronistas. Aunque raramente lo comentaba, cuando triunfó el golpe de la Junta Militar en 1976 tuvo que emprender el camino inverso a sus padres, esta vez a España, ya que comandos parapoliciales fueron a buscarle en varias ocasiones. Mantuvo su vinculación afectiva y académica con Argentina; pero fue en Europa, mayormente en España y en Italia, donde desarrolló su actividad docente e investigadora. En la Universitat de Barcelona culminaría su carrera como catedrático de Derecho Financiero y Tributario. Ya jubilado, la universidad LUISS Guido Carli de Roma le pidió que dirigiera su curso de Derecho Fiscal Europeo.

Yo lo conocí en la segunda mitad de los años setenta en las aulas de la facultad de Derecho de la UB aunque, curiosamente, mi primera reunión con él por aquel entonces fue en Esade, con la que colaboró durante un tiempo y en cuyas aulas, muchos años después, tuve la satisfacción de presentarlo como ponente en diversos seminarios de derechos humanos.

Su inquietud intelectual y compromiso con la Justicia le llevó a estudiar las cooperativas como mecanismo de transformación de relaciones sociales, o la protección del medio ambiente a través de la fiscalidad, cuando pocos lo trataban. Con un espíritu emprendedor notable, impulsó el Instituto de Economía Pública, Cooperativa y Derecho Financiero, aprobado por la Universitat de Barcelona en 1984. En él se apoyó en un grupo de colaboradores entusiastas, algunos exalumnos suyos, y por allí han pasado pasado centenares de estudiantes de máster y postgrado. Instituto que las Naciones Unidas reconoció en 2002 como una ONG de referencia en la formación de graduados para la dirección y gestión medioambiental. Las transformaciones de la globalización y de la digitalización, sin olvidar la inteligencia artificial, y su impacto en los sistemas tributarios, han sido considerados con rigor y originalidad, también, en una obra prolífica de más de quinientos registros.

Como docente, siendo un profundo conocedor de la realidad económica en la que operan las instituciones fiscales y de la mecánica de esta, pretendía que los estudiantes identificaran el contexto en que los sistemas tributarios actúan, la relación entre los medios y los fines, los intereses en presencia y las transacciones entre ellos. Frente a la simplificación que caricaturiza la realidad, procuraba que se aprehendieran los elementos esenciales de la complejidad. Lo mismo que intentaba, y conseguía muy a menudo, como investigador.

En los últimos años, cuando vivía retirado en Palau-Sator (Baix Empordà) paseando sus perros, cuidando el bosque que había creado como homenaje a su esposa, dedicado al estudio, publicó un libro por año, en la editorial El Fisco que él también impulsó, junto a la revista del mismo nombre www.elfisco.com. La muerte le sorprendió finalizando la revisión del último libro que estaba preparando.

Al recordar a una persona que admiramos y que nos ha influido, acostumbramos a centrarnos en las dimensiones en las que nos relacionamos. Por eso mi referencia extensa a la labor académica de Tulio Rosembuj. No obstante, una imagen fiel de su personalidad, por utilizar una expresión contable que él empleó a menudo, requiere referirse a su devoción a la familia, que ejemplifica el cuidado que prodigó durante años a su querida esposa aquejada de una terrible enfermedad. Está viva en mi memoria su ilusión y la de sus hijos al organizar una exposición, en 2014, con obras de su esposa, pintora, anteriores y posteriores a contraer la enfermedad. Un sencillo homenaje que, al rememorar las líneas complejas de las primeras obras y las sencillas, sutiles, casi imperceptibles de las últimas, hace presente que en esta vida todo tiene un inicio y un final; pero que es en el recorrido que mostramos quiénes somos. Muchos somos los que hoy agradecemos haber coincidido con él durante un tiempo.