La tecnología está en el centro del debate geopolítico actual. La noción de un potencial desacoplamiento entre Occidente y China sugiere un horizonte donde los dos ecosistemas tecnológicos puedan evolucionar de manera divergente, creando mundos paralelos con normas, estándares e innovaciones propias. Este potencial escenario plantea desafíos significativos a las empresas, y también abre un diálogo crucial sobre la resiliencia y la adaptabilidad de las redes globales de innovación, con particular impacto en Europa. En este contexto, los consejos de administración deben ocuparse de mejorar la supervisión del ecosistema de innovación de su empresa y plantearse diversas cuestiones: ¿qué tecnologías serán clave? ¿qué sectores se verán más afectados? ¿qué países son los más adecuados para situar los nuevos proyectos de innovación? Para responder a estas y otras preguntas necesitamos profundizar en la geopolítica de la innovación.