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El gobernador del Banco de España

La Vanguardia - Dinero | | 3 minutos de lectura

Pablo Hernández de Cos acaba su mandato como gobernador del Banco de España. Nuestro otrora Banco de San Fernando de aquellos años en que los reyes reinaban y gobernaban, cedió las más importantes competencias de cualquier banco central al BCE, y parecía que se quedaba sin contenido. ¿De qué se va a ocupar un banco central que no tiene poder sobre la masa monetaria, ni los tipos de interés ni puede regular las reservas de divisas?

Hernández de Cos ha demostrado que se puede ocupar y, de hecho, se ha de ocupar de cosas fundamentales para la economía de un país. Más allá de su peso entre los halcones del BCE, de su influencia y credibilidad en Europa y de su magnífica gestión en la protección del sistema financiero durante la pandemia, me gustaría poner de relieve dos áreas de trabajo fundamentales. Una, es la de del servicio de estudios, la de proveedor de información actualizada, con rigor, veraz y, sobre todo, digerible para la ciudadanía y los medios de comunicación. En este inicio de siglo de las fake news y rentabilidad de las pseudoverdades, el Banco de España se ha erigido en una fuente fiable y ha realizado una labor informativa y pedagógica impresionante.

Dos, la de asegurar la estabilidad del sistema financiero. No olvidemos que esa es una de las misiones principales de todo banco central. Y no me estoy refiriendo tanto a la banca tradicional, que también, sino a la irrupción de criptomonedas, plataformas de compra y venta de activos digitales, fintechs y todo tipo de propuestas que pueden desestabilizar a un país, pues algunas logran eludir, ni que sea temporalmente, el amparo y supervisión del banco central.

Hay países donde estos nuevos jugadores han afectado seriamente al sistema financiero del país: véase El Salvador, adoptando el bitcoin como moneda legal o Estados Unidos, con varios escándalos de fondos de inversión en criptos que se han revelado ser sistemas piramidales. 

El sistema financiero español sigue siendo sólido, regulado, transparente y atractivo para los inversores internacionales. Si no viene más dinero a España es por la inseguridad fiscal y jurídica de este país, que troca de normas cada vez que se articula una nueva mayoría parlamentaria. Con un marco fiscal tan variable para las empresas, haber tenido un banco central con rumbo claro ha sido esencial.

Un banco central sin moneda propia parece innecesario. No emitirá moneda, de acuerdo, pero debe velar por que la moneda, sea cual sea esta, circule por un sistema seguro. Y eso es, a veces, más importante que la propia divisa.