Trump y el informe Draghi
Donald Trump no ha dado a conocer todavía qué va a significar para los demás países (y especialmente para la Unión Europea) su amenaza: “América será grande de nuevo”. En su primer mandato, usó los aranceles para restringir las importaciones de otros países. Encareció las compras de vinos de Francia; restringió las importaciones de las aceitunas que exportaba España. Dijo que eran perjudiciales para la producción de California. La decisión final fue imponer limitaciones a nuestras exportaciones. Aumentó los aranceles de los productos de China y amenazó a los fabricantes europeos de coches de que debían fabricar en Estados Unidos, con nuevas factorías, o en caso contrario les impondría aranceles que encarecerían los precios de venta de los coches europeos (principalmente alemanes) que compraran los americanos.
El informe de Mario Draghi (que escribió por encargo de la UE) se anticipó a los posibles acontecimientos del nuevo mandato del presidente Trump. Fue tan importante y clarividente que The Economist le pidió que escribiera un artículo en la revista para tener una versión autentica. En lo que sigue, destacamos lo esencial de las ideas del que fue presidente del BCE y primer ministro de Italia.
En primer lugar, Europa debe ser más competitiva. Tiene que promover la innovación, conseguir nuevos fondos, aunque sean para proyectos arriesgados, y lo que puede ser más importante: Europa es un conjunto de mercados fragmentados y eso no permite aprovechar las economías de escala. Para eso se necesita invertir cada año 800.000 millones de euros. La cuestión más sensible es si Europa integrará la industria para la defensa. ¿Estará dispuesta a gastar lo necesario para tener una industria militar suficiente? Draghi escribe: “La UE ha llegado al punto en el que, si no toma decisiones, pondrá en peligro su libertad y su bienestar”. Sobre la OTAN, Trump dijo en campaña: los miembros de la OTAN que no paguen sus cuotas tendrán que hacer frente a Rusia por su cuenta. América no las pagará.
El resto del mundo no sigue las reglas de la UE. EE.UU. va a imponer políticas proteccionistas a China y al conjunto de la UE. En 1995, la productividad europea era el 95% de la de EE.UU. Actualmente no llega al 80%. Su energía tiene un coste tan elevado que, en el futuro, las empresas europeas no podrán competir con las americanas. Las industrias militares, de energía, finanzas y telecomunicaciones eran asuntos nacionales. Europa debe crear agencias de desarrollo como las que en EE.UU. crearon tecnologías como internet y el GPS. Pero Catalunya va a desarrollar chips fotónicos, más rápidos que los de TSMC. En el 2019, las reglas de la UE impidieron que Alsthom y Siemens se fusionaran. Querían competir con China y no pudieron. Pero Europa tiene en el norte países pequeños e innovadores.