Zonas verdes: ¿Cómo convertir la estrategia europea en un éxito?

Miquel Oliu-Barton, Bary Pradelski
3 Feb, 2021
  • Tras múltiples oleadas y confinamientos, la inesperada ralentización de las campañas de vacunación europeas pone de manifiesto que es urgente definir una estrategia de salida a la pandemia común y convincente.
  • La nueva estrategia de la Unión Europea para controlar el virus mediante el aislamiento de las zonas con alta incidencia es prometedora, pero insuficiente. La clave para una recuperación duradera es construir y proteger una red de zonas verdes donde la vida pueda volver progresivamente a la normalidad.
  • Las zonas verdes son áreas geográficas cuya incidencia acumulada es inferior a los 25 casos por 100.000 habitantes en 14 días, y que además disponen de un buen sistema de tests y seguimiento, y de medios eficaces para controlar el acceso de viajeros desde cualquier zona no verde.
  • La perspectiva de convertirse en zona verde, y mantenerse, fomentará el espíritu comunitario y dará un horizonte necesario para contrarrestar el cansancio y la resistencia crecientes hacia las estrictas medidas de salud pública.
  • Restaurar la movilidad entre zonas verdes de diferentes países no sólo reduciría las dificultades sociales y económicas, sino que además permitiría a Europa mostrar su fuerza y, no menos importante, salvar la próxima temporada turística.

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El estado actual de la pandemia de la covid-19 en Europa reclama urgentemente una estrategia de salida convincente. Controlar el virus en los próximos meses es vital para reducir el sufrimiento y evitar que aparezcan nuevas variantes –especialmente a la luz de los retrasos de la campaña de vacunación en Europa. Desde el inicio de la pandemia, cada vez son más los países que han optado por adoptar restricciones a la movilidad, ya sea a escala nacional o internacional. La estrategia de zonas verdes que propusimos en abril tiene por objeto detener la propagación del virus, y minimizar los daños económicos y sociales.

La idea es simple: identificar las zonas verdes –aquellas regiones en las que el virus está bajo control, según criterios comunes y objetivos– y restablecer la libertad de movimiento entre estas zonas, al tiempo que se controlan los demás desplazamientos.

 

La estrategia de la Unión Europea carece de un elemento fundamental: proteger las zonas verdes es tan importante como controlar las zonas rojas

 

El pasado mes de octubre, la Unión Europea (UE) adoptó una estrategia similar, pero que carece de un elemento fundamental: proteger las zonas verdes es tan importante como controlar las zonas rojas. Las zonas verdes deberían protegerse a través de una serie de restricciones comunes que minimicen el riesgo de reimportar el virus, de modo que se pueda volver a la normalidad en toda seguridad: ir a las escuelas, al cine y al teatro, a los restaurantes, o viajar libremente. Para ser zona verde, una región europea debería cumplir dos condiciones: (a) la circulación del virus es suficientemente baja, y (b) la región está dispuesta y dispone de medios para a controlar a los viajeros que entren en ella (p. ej., puede hacer tests y controles de seguimiento, habilitar hoteles para las cuarentenas o administrar vacunas).

 

La estrategia de zonas verdes, en síntesis

La estrategia de zonas verdes puede puede aplicarse tanto a un país, como propusimos inicialmente, o a un grupo de países. La idea se resume en cuatro principios básicos:

(1) Dividir cada país en zonas más pequeñas (por ejemplo, regiones o provincias).

(2) Etiquetar las zonas como verdes o rojas, en función de si el virus está bajo control o no, siguiendo unos criterios epidemiológicos comunes y objetivos.

(3) Adoptar unas determinadas medidas de salud pública en función del color de la zona.

(4) Permitir viajar entre zonas verdes, pero limitar los desplazamientos en las demás en la medida de lo posible (p. ej., exigir a las personas un test negativo, una cuarentena de siete días o un certificado de vacunación para viajar de una zona roja a una zona verde).

Cada vez existen más datos epidemiológicos y económicos que demuestran que esta estrategia es efectiva para contener la propagación del virus, y al mismo tiempo reducir los perjuicios socio-económicos. La clave son las restricciones a la movilidad específicas (4), pues éstas permiten reducir al máximo el riesgo de reimportar el virus a las zonas verdes.

Sin embargo, muchos países y la UE, han optado por adoptar solamente los tres primeros principios. Esto sí, usualmente con un mayor número de colores o etiquetas. Por ejemplo, la UE empezó con tres colores (verde, naranja y rojo) antes de añadir un cuarto color recientemente (el ‘rojo oscuro’). Controlar la movilidad es necesario para proteger las zonas verdes. Por ello, las medidas deberían afectar a todas las zonas que no sean verdes.

 

La estrategia de la Unión Europea

En Europa, la estrategia de zonas verdes se adoptó en Francia y en España ya en abril de 2020, pero con la llegada del verano cesaron las restricciones a viajar. La UE, defendiendo con fuerza la libertad de movimientos, no supo proponer una estrategia gradual de salida y perdió la oportunidad de propiciar una recuperación rápida y duradera. Por todo ello, era previsible que, tras el verano rebrotara el virus en Europa, como así ha ocurrido.

La estrategia de zonas verdes de la UE. Tras aquella decisión con tan poca visión de futuro, el 13 de octubre de 2020, la UE acabó adoptando la estrategia de zonas verdes. Desde entonces, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado un mapa semanal que distingue las regiones europeas con los siguientes colores:

  • Verde: La incidencia acumulada en los últimos 14 días es inferior a 25 casos por 100.000 habitantes y la tasa de tests positivos es inferior al 4%.
  • Naranja: La incidencia acumulada en los últimos 14 días es inferior a 50 casos por 100.000 habitantes, pero la tasa de tests positivos es del 4% o superior, o la incidencia acumulada en los últimos 14 días oscila entre 25 y 150 casos por 100.000 habitantes y la tasa de tests positivos es inferior al 4%.
  • Rojo: La incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 50 o más casos por 100.000 habitantes y la tasa de tests positivos es del 4% o superior, o la incidencia acumulada en los últimos 14 días es superior a 150 casos por 100.000 habitantes.
  • Gris: La información disponible o los tests son insuficientes.

Los Estados miembros acordaron que no se aplicarían restricciones, como las cuarentenas o la realización de tests, a los viajeros procedentes de regiones verdes, pero esta acción conjunta no llegó definir las restricciones a viajar para las zonas no verdes.

Actualización. El 28 de enero de 2021 el Consejo de la UE acordó añadir una nueva etiqueta para las regiones más duramente castigadas por el coronavirus:

  • Rojo oscuro: La incidencia acumulada en los últimos 14 días es superior a 500 casos por 100.000 habitantes.

Además de esta nueva etiqueta la UE también aprobó, por primera vez, restricciones de movilidad comunes: los desplazamientos de entrada o salida de las zonas en rojo oscuro exigirán un test negativo antes de la partida y una cuarentena a la llegada, que podrá abreviarse con un segundo test negativo.

 

Cómo lograr que la zonificación de la UE sea un éxito

Es encomiable que la UE apoye a sus Estados miembros en el control del virus, pero urge un cambio de enfoque: debemos centrarnos en las zonas verdes, más que en las rojas. A tal efecto, deberán aplicarse rigurosamente las restricciones de movilidad para proteger eficazmente a las zonas verdes (punto 4 de la estrategia de zonas verdes).

Protección de las zonas verdes. La característica principal de la estrategia es la protección de las zonas verdes, de modo que puedan volver progresivamente y de forma segura a la normalidad. Para ello, deben aplicarse unas restricciones comunes a los viajeros procedentes de cualquier zona no verde o que hayan transitado por ella, y no solo a los de las zonas en rojo oscuro (como se recomienda en la actualidad). En la práctica, esto se podría traducir en controles en carreteras, autopistas, estaciones de tren y aeropuertos, o imponiendo multas disuasorias.

Definición de las zonas verdes. Otro factor clave para el éxito de la estrategia es definir la etiqueta verde de la UE –es decir, cuáles son los criterios comunes y objetivos que la determinan. El umbral de los 25 casos por 100.000 habitantes en 14 días es apropiado siempre y cuando las respectivas regiones dispongan de un sistema eficaz de tests y rastreo que les permita identificar rápidamente cualquier indicio de transmisión comunitaria. Estos criterios cuentan con el respaldo de la alianza NoCovid, un grupo multidisciplinar de académicos alemanes constituido recientemente y que están asesorando a su gobierno.

Coordinación europea. Un plan internacional conjunto con compromiso de ejecución por parte de los Estados miembros es la mejor opción para controlar la pandemia. Ahora que la UE ha asumido el liderazgo del proyecto de zonificación, sería un error volver a las medidas de ámbito nacional. Cerrar las fronteras nacionales en Europa causaría más perjuicios políticos y sociales que los eventuales beneficios que podrían obtenerse en términos de contención del virus.

Todos los Estados miembros deberían poder adoptar la zonificación, aun cuando algunos de ellos prefieran no hacerlo. Algunos países podrían aplicar restricciones a viajar, con el respaldo de la UE, la cual, por su parte, debería ayudarles a proteger las zonas verdes (p. ej., mediante la realización de tests en los puntos de entrada de estas zonas). La perspectiva de convertirse en una zona verde y de mantenerse en este estado va a crear incentivos comunitarios y ayudará a contrarrestar la fatiga que se observa actualmente en algunas actitudes por las estrictas medidas de salud pública. De este modo, la presencia de zonas verdes protegidas infundirá esperanza y renovadas energías en las otras zonas.

Una vía hacia la normalidad

Tras un año de pandemia virulenta, volvemos a insistir: Europa debe aplicar una estrategia de zonas verdes correctamente. Con el respaldo de cada vez más evidencia científica y con el apoyo creciente de la población, liderada por grupos como NoCovid y por los líderes políticos, ha llegado el momento de llevar a cabo una acción decisiva. Garantizar los desplazamientos seguros entre zonas verdes de distintos países podría contribuir enormemente a salvar la próxima temporada turística, que está parcialmente en riesgo como consecuencia de la inesperada ralentización de las campañas de vacunación. No dejemos pasar esta nueva oportunidad.

Foto portada: WestConn/Flickr

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