¿Llega el bono social eléctrico a quien lo necesita? Análisis de las tasas de cobertura y las características del hogar

Natalia Collado Van-Baumberghen, Ángel Martínez Jorge
12 set., 2024

Análisis publicado junto a Oxfam Intermón.


Ideas clave

  • En 2022, casi 8 de cada 10 beneficiarios potenciales no recibe el bono social eléctrico: su tasa de cobertura está en 24,5%, siendo especialmente alta para familias numerosas (45,5%).
  • Una buena parte de los que sí se benefician del bono social no son familias vulnerables: entre los hogares de familia numerosa de ingreso medio-alto, más del 60% recibe el bono.
  • En contraste, es solo del 20% para la categoría de renta baja, y de apenas el 9,2% para jubilados con pensión mínima.
  • Para lograr que llegue a quien lo necesita proponemos una reforma del bono social que se centre más en las familias vulnerables, que traslade más peso de la solicitud a la administración para mejorar la llegada de la ayuda y una armonización más efectiva con otras ayudas existentes.

Resumen ejecutivo

En un contexto marcado por la subida de precios energéticos, uno de cada cinco hogares no pudo mantener una temperatura adecuada en su hogar durante 2023, la cifra más alta de la UE junto a Portugal, y en uno de cada diez hubo retraso en el pago de facturas. La cantidad de hogares que consumen menos energía de la necesaria por no disponer de recursos económicos para afrontar el gasto, se ha duplicado entre 2020 y 2022

Estudios recientes muestran que los principales determinantes de la pobreza energética son los ingresos del hogar, el desempleo del sustentador principal, bajo nivel educativo alcanzado, haber nacido en el extranjero, así como la composición familiar, especialmente para los hogares monomarentales.

El bono social eléctrico consiste en un descuento en factura enfocado a hogares con dificultades de cubrir sus necesidades energéticas. Para recibirlo, el hogar debe tener una potencia contratada inferior a 10kW, en tarifa regulada, y cumplir alguno de los siguientes requisitos: (a) Una renta inferior a 8.106€ (valor para 2022); (b) Ser familia numerosa; (c) Ser un hogar formado por pensionistas con la cuantía mínima vigente y no percibir otros ingresos que superen los 500€ anuales.Una vez concedido, garantiza un descuento de entre un 25% y un 80% según características del hogar. Recibido por 1,4 millones de hogares en 2022.

El presente informe mide por primera vez las tasas de cobertura del bono social. Es decir: hasta qué punto quien debería recibirlo por cumplir condiciones lo recibe en realidad. Para ello aplica un análisis estadístico multifactorial a una pregunta incluida en la Encuesta de Condiciones de Vida y hasta ahora nunca empleada a tal efecto, junto a todas las características que definen el perfil socioeconómico de cada hogar.

Según nuestras estimaciones:

  • La tasa de cobertura del bono en 2022 fue del 24,5%, habiendo crecido respecto a 2021 (23,2%) y 2020 (22,6%). Esto quiere decir que casi 8 de cada 10 beneficiarios potenciales no recibe el bono.
  • Esta tasa de cobertura sube al 45,5% para las familias numerosas, siendo solo del 20% para la categoría de renta baja, y de apenas el 9,2% para jubilados con pensión mínima.
  • Como resultado de ello, aunque 2 de cada 3 beneficiarios eran de renta baja, 1 de cada 3 no es de renta baja.
  • De hecho, entre los hogares de familia numerosa de ingreso medio-alto, más del 60% recibe el bono. Para los de ingreso bajo apenas 40%.
  • La brecha de cobertura entre hogares monomarentales y con ambos progenitores se ha abierto en estos años: si en 2020 había 3,5 puntos de diferencia, en 2022 había ya 12 puntos (20% – 32%).
  • En contraste, en 2022 la cobertura de hogares con todos los miembros nacidos en España duplicaba a la de hogares con alguna persona nacida en el extranjero (27% vs 13%).
  • Para los hogares con vivienda en alquiler, la brecha se ha mantenido en 8-10 puntos durante estos tres años (19% de cobertura en 2022 frente al 27% para los hogares en propiedad).

Buscando ahora aislar el efecto de cada característica del hogar manteniendo el resto constante:
→ Ser familia numerosa tiene el mayor efecto positivo: incrementa la probabilidad de recibir el bono en un +27%. En comparación, estar en un hogar de renta baja solo la aumenta en un +4%.
→ En el otro extremo, el factor que tiene un efecto negativo más destacado en la probabilidad de recibir el bono es la presencia de algún miembro nacido en el extranjero: la reduce en un -12%

A la luz de estos datos consideramos que existen problemas de diseño que limitan que la política tenga el alcance deseado en origen. Así, consideramos necesario mejorar la eficiencia de esta ayuda, logrando que efectivamente la reciba quien la necesite, lo que multiplicaría su eficacia. Para ello, tenemos las siguientes propuestas de mejora, cambio o complementariedad a la ayuda:

  1. Reducir en la medida de lo posible barreras de entrada. Actualmente, el hogar debe solicitar a la empresa comercializadora del bono, para lo que como mínimo necesita saber de su existencia y disponer de la documentación solicitada. Proponemos desplazar la responsabilidad hacia las Administraciones, que podrían coordinarse con las comercializadoras para identificar qué hogares son susceptibles de recibir el bono con base en los datos de Hacienda (para renta), Seguridad Social (para condiciones de pensión mínima) y otros organismos que disponen de la información necesaria.
  2. Un ejemplo claro se da con el Ingreso Mínimo Vital, ayuda con la que el Bono no sólo convive, sino que sobre el papel la recepción del IMV hace al hogar automáticamente beneficiario potencial del Bono. Lo óptimo sería que la Administración aprovechara esta información para agilizar las concesiones del Bono, alineando y armonizando más aún ambas concesiones.
  3. Al mismo tiempo parece apropiado reconsiderar la definición de criterios, introduciendo un máximo de renta para las familias numerosas, definido de manera que solo excluya a hogares que claramente no necesitan de ningún apoyo monetario (ingresos altos).
  4. En cualquier caso, habría que considerar en el largo plazo el uso de políticas fiscales más efectivas y unificadas (como impuestos negativos sobre la renta) que permitan abordar las situaciones de pobreza de forma integral, con información fiable y menos trámites administrativos.
  5. Por último, aunque las medidas enfocadas en gasto e ingreso han sido las más usadas en España hasta ahora, no tendría por qué ser así: a día de hoy, el acceso a instrumentos y equipamiento para mejorar la eficiencia energética de los hogares, así como a la información necesaria para gestionar la instalación no es equitativo en España. Esto permitiría no solamente responder al reto de la pobreza energética, sino también de forma efectiva a los objetivos de descarbonización a través de:
    → Estrategias más activas de parte de las administraciones para “salir a buscar” a hogares vulnerables que podrían beneficiarse especialmente de mejoras de eficiencia, en materia de rehabilitación, aislamiento, o instalación de renovables.
    → Focalización de los recursos disponibles para que se beneficien de ellas los hogares de renta más baja, que son los que precisamente condicionarán más probablemente la eventual inversión en eficiencia a disponer de ayudas, pues sin ellas no podrán acometerla.
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