Estimando el efecto del tope al precio del gas

Manuel Hidalgo Pérez, Ramón Mateo Escobar, Natalia Collado Van-Baumberghen, Jorge Galindo
30 set., 2022

Para moderar la escalada del precio de la electricidad, una de las medidas más significativas hasta el momento es el tope al gas implementado de manera excepcional en España y Portugal. Este tope es en realidad una compensación que se paga a los generadores de electricidad con esta fuente para que rebajen el precio ofertado en el mercado mayorista. Al hacerlo, se busca que el precio medio de la electricidad en dicho mercado descienda.

Presentamos en este informe una innovadora estimación causal de los efectos de esta medida sobre la tarifa regulada, es decir, sobre el precio de venta del pequeño consumidor (PVPC) que está atado al mercado mayorista. Para ello comparamos la evolución real de dicha tarifa con un modelo estadístico que dibuja esa misma línea pero en un mundo alternativo sin el tope al gas.

Los resultados de la estimación indican que, con alta confianza, el precio medio de la electricidad para los consumidores del mercado regulado habría sido entre un 19% y un 30% más alto de no existir el tope, con un estimado puntual del 24,4%. El modelo, además, permite casi garantizar que este descenso no se debe a otras causas ni a fenómenos aleatorios.

Según las estimaciones aquí realizadas, un hogar medio español que consume 8 kWh al día se habrá ahorrado desde el 15 de junio unos 69 € acumulados. Si asumimos que esta factura con tarifa regulada la tienen 10 millones de hogares en España, el ahorro desde su implementación estaría cerca de los 690 millones de euros.

Sin embargo, este ahorro viene con un coste importante. Con esta misma aproximación, estimamos que mientras la medida está activa, el consumo de gas para la generación eléctrica ha aumentado notablemente: el efecto estaría situado en los 139 GWh diarios para el conjunto del período. De hecho, observamos también que este incremento se ha realizado a la vez que ha descendido el uso de otras tecnologías, especialmente la cogeneración y la hidroeléctrica. Eso sí, hay que tener en cuenta que el contexto de sequía pronunciada durante este verano que ha dificultado la producción hidro impide atribuir esta caída a la nueva medida.

Los datos obtenidos sí sugieren que el tope al gas puede reducir, al menos cuando coincide con eventos adversos para tecnologías limpias, el incentivo para la transición hacia fuentes no contaminantes. En particular, se produce el efecto contrario: un incentivo al consumo de gas, algo no deseable en el contexto europeo actual, que fija al mismo tiempo objetivos de ahorro a corto plazo y de descarbonización a largo.

Además, observamos la evolución del saldo comercial con el mercado eléctrico francés, el más interconectado con el español, desde la entrada en vigor de la medida. Concluimos que:

  1. Las exportaciones de electricidad hacia Francia y Portugal han aumentado considerablemente: de mantenerse la tendencia observada a día de hoy, a finales de año las exportaciones duplicarán las realizadas en 2021.
  2. Al mismo tiempo, el precio de la electricidad en Francia se volvió más variable, algo que en cualquier caso no es posible atribuir de manera fehaciente al tope vigente.

Ambos acontecimientos se producen en un contexto de fallo de la nuclear, base de la oferta eléctrica francesa, lo que complica la interpretación de los datos. No obstante, sirve como ejemplo de lo que podría suceder con una medida similar a esta compensación aplicada en toda la UE y con las interconexiones de sus países miembros hacia el exterior: se podría producir una “fuga” del dinero invertido en forma de mayor consumo de electricidad basada en gas hacia países frontera que se beneficiarían de dicha inversión a coste cero.

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