La subida de las notas de Selectividad: ¿Inflación o competición?
Lucía Cobreros Vicente, Lucas Gortazar, Juan Manuel Moreno
14 juny, 2023
En los últimos años la nota media de la Selectividad ha aumentado de un 8,75 sobre 14 en 2015/2016 a un 10,34 en 2021/2022. Este aumento se observa en todas las comunidades autónomas. La hipótesis más frecuente en el debate público para explicar este incremento es que se trata de una subida artificial: los estudiantes cada vez saben menos y se están inflando los aprobados y sobresalientes.
En este informe exploramos las causas del aumento de las notas de Selectividad en el periodo 2013-2020 y tratamos de determinar si esta subida responde a un empuje artificial (lo que llamaremos “hipótesis de la inflación”) o si, por el contrario, está también provocada por mejoras reales derivadas de una mayor competición, esfuerzo y aprendizaje por parte de los alumnos (lo que llamaremos “hipótesis de la competición”).
Usamos una base de datos única y no explorada hasta la fecha (el Sistema Integrado de Información Universitaria del Ministerio de Universidades), que incluye a todos los estudiantes que han realizado la Selectividad desde 2013, y sus resultados en los componentes de la nota final de la Selectividad, que son tres: la nota de todo Bachillerato (6 puntos), las asignaturas obligatorias para cada modalidad de Bachillerato (fase general; 4 puntos), y las optativas (fase específica, vigente desde 2010; 4 puntos extra).
Analizando los datos para el periodo 2013-2019, encontramos argumentos para las dos hipótesis. Al menos dos indicadores sugieren que la nota ha mejorado por una mayor competición entre los alumnos:
- La mejora en la fase específica (en materias optativas) explica la mayoría del aumento de la nota global de acceso en este periodo. En tanto que presentarse a la fase específica es optativo, esto sugiere que la hipótesis de la competición podría explicar parte de la subida de notas.
- En la fase general, la subida de notas es más pronunciada en el alumnado que acude a universidades públicas con respecto a universidades privadas. Puesto que las universidades privadas tienen su propio examen de acceso, y dado que los tribunales de Selectividad no conocen las aspiraciones del alumnado sobre la universidad o el grado al que quieren acceder, esto sugiere que el incentivo para competir (poder acceder a la pública deseada) tiene un efecto de estirar al alza las notas.
Ahora bien, en 2017 una nueva reforma redujo las opciones de escoger materias para la fase general y específica. Esto produjo un efecto inflación de las notas a través de dos canales:
- Las CCAA y universidades públicas respondieron al cambio regulatorio permitiendo que se ponderara dos veces una de las materias obligatorias inflando así de manera artificial la nota final de Selectividad.
- Los centros educativos, al ver que la nueva regulación podía afectar negativamente los resultados de Selectividad de sus alumnos, pudieron optar por compensarles con una subida de las notas de Bachillerato. Esto lo podemos ver gracias a una comparativa con el año anterior mediante un modelo estadístico.
Por otro lado, en 2020 se tomaron medidas para compensar el cierre escolar derivado de la pandemia tanto en el expediente de Bachillerato como en las pruebas de la Selectividad, permitiendo a los alumnos descartar preguntas en todas las materias de la prueba. Encontramos que:
- Se produjo un aumento sustancial de los resultados, probablemente debido a las mayores facilidades en Bachillerato y pruebas, que supuso la subida de medio punto en la nota final de admisión.
- El grueso (58%) de este aumento se explica por una mayor nota en la fase específica, un 26% por el aumento de la nota en la fase general, y el 16% restante por los mejores resultados en Bachillerato.
- Sin embargo, vuelve a observarse el efecto competición, aunque en menor medida, al comparar alumnado que accede a universidades públicas (donde crecen más los resultados en la fase general) con respecto a las privadas.
Además, observamos que la nota de Bachillerato es superior en promedio a la nota de la fase general para los alumnos. La diferencia entre ambas es mayor para las chicas (con respecto a los chicos), para el alumnado que mejores notas saca en Bachillerato y para el alumnado que acude a centros de Bachillerato privados: sin embargo, en un modelo estadístico donde controlamos por factores de alumno, CCAA y escuela, dichas brechas se reducen significativamente en magnitud.
Para mejorar la Selectividad fomentando la competición justa y evitando los fenómenos de inflación de notas, proponemos cinco medidas:
- Incrementar de nuevo la opcionalidad (peso relativo de las materias optativas respecto a las comunes en la nota final, así como variedad y profundidad de los conocimientos que se evalúa) y derogar la reforma de 2017, protegiendo la fase específica de la prueba que trajo mayor competitividad y aprendizaje.
- Eliminar las medidas excepcionales que se tomaron en 2020 como consecuencia de la pandemia que han producido un efecto inflacionario en las notas.
- Reducir el peso del expediente académico del Bachillerato al 50 o 40 por ciento sobre la nota final de admisión (como ocurre hoy en Francia) y monitorizar regularmente las diferencias de notas de Bachillerato y fase general por centros y alumnos.
- Aumentar la coherencia y objetividad de la evaluación mediante pruebas más comparables entre comunidades autónomas y un sistema de corrección más fiable.
- Seguir avanzando en el desarrollo de una “prueba de madurez” que permita una mayor coherencia y provoque cambios curriculares y mejoras de aprendizaje reales.
Citar este contenido como:
Cobreros, L.; Gortazar, L & Moreno, J. (2023). La subida de las notas de selectividad: ¿inflación o competición?. EsadeEcPol Policy Brief, No.41, Esade. http://doi.org/10.56269/202300614/LCB
Economista enfocada en educación, con interés en salud, género y competencia. Grado en Economía por la Universidad de Cantabria, Master en Economía Industrial y Mercados (UC3M).
Veure perfilCatedrático de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y Senior Policy Fellow de EsadeEcPol.
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