Cómo conseguir que las becas universitarias lleguen a tiempo para quien más las necesita
José Montalbán Castilla, Rosa Sanchis-Guarner
20 des., 2023
Las becas universitarias son la política pública central para tratar de igualar el acceso a la educación superior para jóvenes de familias en desventaja socioeconómica. En España tienen una cobertura aproximada del 25%, y se asignan en base al nivel de ingresos y el tamaño de las familias condicionadas a cumplir unos requisitos académicos mínimos. En esto es homologable al de otros países, pero no lo es en un rasgo crucial para que funcione como creador de oportunidades: las becas en España llegan tarde a quien las necesita.
En esto, España es una anomalía mundial con un fallo de diseño fundamental: la concesión y el pago de las becas se produce cerca del final del curso académico. En media, después del primer cuatrimestre, es decir, desde febrero, cuando se necesitan desde septiembre.
Esta anomalía perjudica gravemente el acceso a la educación superior de los estudiantes de rentas bajas, dado que la beca que se concede con el objetivo de ayudarles a ingresar en la universidad llega mucho después de haber accedido a ella.
Para resolverlo, proponemos:
- Adelantar y unificar los calendarios académicos de las universidades de modo que tanto la finalización del curso como la matriculación del curso siguiente esté resuelta antes del verano.
- Contemplar la renta de dos años antes de la solicitud de beca para evitar que el envío de documentos se tenga que retrasar al final de la campaña de renta, terminando a partir de final de junio, sino que se pueda empezar desde antes con la declaración del año anterior.
- Asignar al Ministerio de Hacienda la tarea de revisar las solicitudes para corroborar los requisitos económicos, lo que aliviaría la revisión posterior por parte de las unidades de becas de las universidades, que cuentan con recursos humanos limitados. Lo haría en cerca del 30% menos de volumen de solicitudes (unas 90.000 al año) que suelen rechazarse por este motivo.
Suponiendo que se implementen las tres medidas propuestas anteriormente, el principal obstáculo para que las becas no se paguen a tiempo es que éstas se financian con el dinero de dos ejercicios presupuestarios distintos: las becas se comienzan a pagar cada año académico con el dinero que ha sobrado de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el final del año natural (de octubre-diciembre), y se termina de pagar con el dinero de PGE del siguiente año natural (a partir de enero). Esto haría que, aunque corrigiésemos los obstáculos para que se concedan las becas entre octubre y diciembre, no habría dinero suficiente para financiarlas en el primer año de la corrección o mientras ésta se produce: el 80% del presupuesto aproximadamente se habría gastado en pagar el resto de becas del curso académico anterior. Por ello, proponemos también:
Aumentar el presupuesto de becas de manera extraordinaria únicamente para un ejercicio presupuestario. Esto cambiaría el ritmo de concesiones y pago para todas las convocatorias de becas futuras sin implicar incremento de gasto estructural alguno porque al año siguiente se volvería al volumen habitual. El volumen de ese gasto extra tampoco sería significativo: las becas universitarias suponen menos de un 2% de la partida de los PGE destinada a educación, algo por encima de 1.000M€. Por dar un orden de magnitud: esos 1.000M€ extra para ese año representarían menos de un 5% del incremento de gasto social en los PGE de 2023 respecto a 2022, que fue de más de 20.000M€. Una posibilidad, no exenta de complejidades, es usar una Adenda a los Fondos de Recuperación para financiar el mencionado incremento del gasto extraordinario en el año de transición.
Profesor Asistente de Economía, Swedish Institute for Social Research (SOFI) en Stockholm University
Veure perfilProfesora del Departamento de Economía en la Universitat de Barcelona e investigadora afiliada en el Institut d’Economía de Barcelona.
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